Aparece el recuerdo de algo así como “la imagen que tenemos es la que queremos”. Contextualizo: El lago entre los árboles sucedió después.
Finalizada la obra, Giulia recuerda que eligió la imagen para practicar algunas de las cualidades de la acuarela, cuando el muro subió la intensidad a destiempo y lugar. Querer transformarlo suponía seguir de alguna manera, convertir la tierra en lago y el conjunto de árboles en un bosque rebosante de color. Por eso llama a la acuarela ‘Muros líquidos’ y añade:
“…por el muro que pudo derretir, como los muros mentales que aparecen delante de una hoja blanca, se difuminan con sólo agua y pincel.”
